Sobre la defensa y la ofensiva:


Existe una máxima en el futbol americano: “La ofensiva se lleva la gloria, pero la defensa es la que gana los campeonatos”

La frase siempre me termina por recordar una entrevista de Ricky Martín en donde decía: “Yo soy la parte más visible de una empresa que tiene cientos de personas trabajando. Desde los estibadores hasta los bailarines. Desde los ingenieros de sonido hasta los encargados de vestuario”.

Hace algún tiempo, un socio solía menospreciar mi capacidad para generar ingresos. Entre líneas se notaba que cuando hablábamos de cuentas, él era quien traía el dinero a la empresa y por lo tanto él tenía el derecho a repartirlo de acuerdo a su criterio. El punto de inflexión fue una vez en que argumentó que yo había recibido “ventajas inmerecidas” de cierto ingreso. Aquella noche no pude dormir y me levanté una hora antes de lo habitual para escribir un mail en donde le explicaba la diferencia entre la ofensiva y la defensa. Son ese tipo de noches en donde sabes que hay algo por expresar, que no tienes claro que es y como decirlo y debes enfrentarte a la página en blanco, al monitor para ponerlo en palabras. Hacer el mail me tomó hora y media y me costó no llevar a mis hijos a la escuela y el desayuno con ellos. Pero valió cada palabra.

En él, enumeré todas las actividades “sin importancia” que yo hacía para que la empresa funcionara. Todas las actividades que, en efecto, no generaban ingreso, pero que le permitía a él tener el tiempo y la concentración para lograr las ventas de las cuales se sentía tan ufano. Le expliqué la “hermosa” relación simbiótica que teníamos dado nuestros talentos particulares: La necesidad mutua para administrar, yo; y para vender, él. Tan simple como eso.
Después rematé con talentos personales y familiares en los cuales él salía perdiendo. Pura y vil retribución (niño malo).

Existen muchas familias en donde la esposa suele dejar todo para ser la administradora de la familia, la que cuida a los niños mientras e marido se desarrolla profesional y académicamente. Años después resulta que el marido bota a la esposa ya que no está a su nivel o al menos le reclama que él hace todo por llevar dinero a la casa y que por lo tanto se merece trato especial o privilegios. Parte del problema es que la mujer le cree y no le recuerda la parte que ella hace.

Acta non verba: En algunos casos somos la ofensiva y nos llevamos la gloria.
Necesitamos ser concientes de la influencia del trabajo de otros en la obtención de esos logros; la suma de talentos que hacen eficiente y eficaz al sistema, organización o familia. Reconocer y evidenciar esos esfuerzos.

En otros, somos la defensa y nuestro trabajo no luce pero es imprescindible. No te dejes abrumar si aquellos que brilla se sienten únicos dueños de la gloria. Confío en que tengas mejores habilidades sociales para mantener el equilibrio entre respeto por los otros y autorrespeto y puedas darte tu lugar como parte de los resultados.

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