Sobre la curiosidad:

¿Recuerdas esa etapa de tu niñez donde preguntas porqué? Tal vez tu referencia más cercana sea un hijo o sobrino. Pero insisto: ¿recuerdas la etapa propia? Lo más seguro es que no. El recuerdo se ha perdido en el sinfín de eventos y circunstancias. Se perdió en el acto de vivir.

Cambio la pregunta: ¿Aún te maravillas de tu entorno? ¿Aún puedes investigar un dato, un tema, una idea solo porque te interesa saberlo y nada más? ¿ Aún puedes encontrar relación entre hechos que parecen dispares pero que comparten un patrón??

Algunas corrientes de psicología educativa sostienen que para lograr el aprendizaje tenemos que “anclarlo” a la mente mediante una emoción. Así que la labor del docente es lograr un ambiente y una actividad que genere emoción de tal suerte que los conceptos puedan asociarse.

La parte oscura de este mecanismo explica porque ante un hecho con alto contenido emocional la mente retiene, aunque lo oculte profundo, lo sucedido: Traumas, concientes o no.

Pero aquí viene lo maravilloso: Las personas curiosas y con capacidad de asombro son capaces de generar por sí mismas esos estados de emoción que hacen que lo nuevo se retenga. ¿Por qué? Al asombrarse de lo encontrado y maravillarse ante los hechos nuevos y/o al sentir satisfacción por haber encontrado una respuesta o entender un tema tienen a la emoción asociada al conocimiento nuevo, generando una red neuronal más sólida y resistente.

Solo que un mundo cínico que cree que maravillarse de las cosas es infantil y donde la curiosidad se ve como una característica “absurda” de personas inteligentes (¡como si no hubiera cosas más importantes que hacer!,) nuestros niños y jóvenes no aprenden pues no se emocionan ante lo nuevo y todo les da igual. Como resultado tenemos jóvenes aburridos y aburrados. Llenos de nada y hartos de todo. Y si harto significa que ya tuvieron mucho de algo, es una total contradicción pues no tomaron algo de lo que el mundo (no los adultos) puede darles.

Así que nuestra labor es reactivar la curiosidad y la capacidad de asombro. Habrá que entrar a youtube y poner videos de artistas o estilos que no conocemos. Preguntar a otros sugerencias para escuchar, ver o leer. No tener miedo de parecerle infantiles a otros ( como si fuera malo), al contar anécdotas de descubrimiento o entendimiento.

Saber que a los cínicos, a los que dejaron de aprender por voluntad, no les gusta la idea de alguien haciéndolo. Recuerda que se asustan mucho y suelen atacar en consecuencia. Concédete sentir tristeza por ellos y desea que tu ejemplo los arrastre.

“Dejad que los niños se acerquen a mí”, dice la Biblia.

Nunca dejes de asombrarte de las maravillas del mundo y te acercarás a entender la esencia de Dios. Cualquiera que sea la idea de el, ella, ello que tengas.

alezlanz07@yahoo.com

Comentarios

Entradas populares